domingo, 8 de diciembre de 2024

RRHH són una lacra

Si fuera por mí, despediría a la mayoría de los responsables de Recursos Humanos. 

En muchos casos, estos departamentos no aportan valor real a las organizaciones y se convierten en obstáculos más que en aliados para lograr los objetivos empresariales. En lugar de enfocarse en el talento y su contribución al negocio, a menudo están atrapados en procesos burocráticos que no sirven de mucho.

No tienen una visión estratégica clara ni entienden las necesidades reales del negocio. 

Para colmo, su resistencia al cambio dificulta cualquier intento de innovación dentro de las empresas. 

Y lo peor es que, en lugar de liderar transformaciones y adaptarse al mundo actual, parecen más interesados en mantener el statu quo.

Si quieren tener sentido en una organización, deberían centrarse en detectar, nutrir y gestionar el talento de manera alineada con los objetivos estratégicos.

 

sábado, 7 de diciembre de 2024

Jefes mediocres

 La mediocridad de muchos jefes radica en su incapacidad para entender que el respeto y la admiración no se compran con títulos ni se imponen con autoridad.

 Se creen inteligentes y poderosos porque ostentan un cargo, pero en realidad son prisioneros de su inseguridad y ego. Desconocen la verdadera esencia del liderazgo: inspirar, guiar y construir confianza.

Confunden miedo con respeto y obediencia con admiración. Reprimen ideas, apagan talentos y convierten los equipos en jaulas donde la creatividad muere y la motivación se desmorona. Su arrogancia los ciega, incapaces de reconocer que el verdadero poder no está en mandar, sino en generar un entorno donde otros puedan brillar.

La mediocridad de su gestión queda expuesta en la falta de compromiso de sus equipos, en la ausencia de innovación y en el vacío que dejan cuando ya no están. Porque nadie los recordará como líderes ; se les ve como figuras irrelevantes que solo ocuparon un puesto, sin dejar un legado digno .

Hazte merecedor de mis respetos y te seguiré al fin del mundo.Tal como decía Marco Aurelio, "La verdadera medida del poder es la capacidad de liderar con el ejemplo, no con el mando." 

Si sientes vergüenza al leer esto, pregúntate si es porque en el fondo sabes que estas palabras te describen. La grandeza no se exige, se demuestra. Y si no puedes ganarte el respeto de los tuyos, nunca te seguirán más allá de donde les obligue tu autoridad y preocúpate de no mostrar debilidad porque te darás cuenta que nadie estará a tu lado.



jueves, 5 de diciembre de 2024

A dos pasos de la ruina

Hay una novela de Ernest Hemingway que se llama El sol también se levanta. En ella, alguien pregunta: “¿Cómo te arruinaste?” Y la respuesta es demoledora: “Lentamente, y después de golpe”.

Esa frase vale para casi todo.

Para las finanzas, los negocios, las relaciones, la política… incluso para la vida misma.

Todo empieza despacio. Casi sin que lo notes.

Un gasto de más porque “total, no es gran cosa”.
Una decisión postergada porque “ya habrá tiempo”.
Una llamada no hecha porque “seguro que entienden”.

Lentamente. Sin ruido. Sin alarmas. Hasta que llega el golpe.

De repente, te ves en números rojos, sin clientes, sin oportunidades, sin rumbo. Y entonces te haces la pregunta que todos hemos temido alguna vez: “¿Cómo llegué aquí?”.

La respuesta es incómoda, pero cierta: llegaste porque dejaste que todo se fuera acumulando, poco a poco.

¿Y sabes cuál es la peor parte? Que seguirás igual si no haces algo hoy mismo.

Es fácil quedarse en el lamento. Buscar culpables. Pensar que “ya no hay solución”. Pero hay una salida. No es inmediata. No es mágica. Pero existe.

¿La clave? Cambiar lentamente, pero antes de que llegue el golpe.

Haz esa llamada incómoda.

Revisa tus números ahora mismo, aunque duela.

Aprende lo que necesitas, aunque parezca complicado.

Porque la ruina no avisa. Pero la solución sí te da señales. Depende de ti verlas y actuar.

Hemingway tenía razón: lentamente, y después de golpe, se pierde todo. Pero también, paso a paso, puedes recuperarlo todo.

lunes, 2 de diciembre de 2024

Rodeate de gente más inteligente que tu

Hoy quiero hablaros de algo que, si lo pilláis bien, puede cambiarlo todo TODO. Me refiero a la importancia de rodearse de gente que te patee intelectualmente hablando, gente que esté dos, tres, o veinte pasos por delante de ti.

Y ojo, que aquí no vengo con cuentos de hadas ni frases de coaching recicladas. Hablo desde la experiencia, desde el agujero negro de darte cuenta de que en los trabajos que he tenido no he encontrado a esos referentes que te hagan pensar: "¡Madre mía, qué lejos estoy de este tío o de esta tía!" ¿Sabes de lo que te hablo? Esa sensación de que alguien está donde tú quieres estar y que al mismo tiempo te abre la cabeza como un melón con su forma de ver el mundo. Pues no, yo no he tenido esa suerte.

¿Y qué pasa cuando no tienes esa suerte? Que te toca buscarte la vida. Porque sí, los entornos mediocres te atan, te anclan, te secan las ganas. Pero que quede claro: eso no es excusa. Si no tienes a esos gigantes cerca, tendrás que buscarlos, aunque sea virtualmente.

Y ahí está la magia de las redes, del escribir, del compartir. Fue abrirme una cuenta en Twitter y empezar un blog, y de repente... ¡zas! Un mundo completamente distinto. Gente que ni siquiera sabe que existes, pero que, con un hilo, un artículo, o una respuesta, te enseñan más que un jefe mediocre en diez años. Es un regalo brutal. Y gratis, además.

Pero aquí viene la clave: no vale con leer o admirar desde lejos. Tienes que interactuar, preguntar, aportar. Y sí, a veces parecerás un pringado o sentirás que no tienes nada que ofrecer, pero ¿sabes qué? Esa humildad es justo lo que te llevará lejos. Porque no hay peor ciego que el que se cree listo. Y cuando reconoces que no tienes ni idea de algo, es cuando aprendes de verdad.

Así que, si en tu entorno físico no tienes esa gente brillante, sal ahí fuera, métete en Twitter, abre un blog, comenta en foros. Haz lo que tengas que hacer, pero no te quedes atrapado en tu pequeño círculo. Porque si sigues rodeándote de los mismos, acabarás siendo como ellos. Y, seamos sinceros, si te conformaras con eso, ni estarías escuchando leyendo este artículo.

La gente brillante está ahí, esperando a que te muevas, a que hagas el esfuerzo de conectar. Porque al final del día, no importa tanto de dónde vienes, sino con quién decides caminar.

¿Y lo último que decía? Eso de "si no estás incómodo, no estás creciendo". Pues quiero remarcarlo antes de terminar.

Porque rodearte de gente más inteligente que tú no es un camino cómodo. A veces te hará sentir pequeño, incluso inútil. Te miras al espejo y piensas: "¿Qué hago yo aquí? No doy la talla." Y justo ahí está el punto. Si te sientes así, es que estás en el lugar correcto.

La comodidad es el enemigo del progreso. Y ojo, no digo que te machaques, que ya bastantes latigazos nos damos nosotros solos. Pero sí te digo que te empujes a estar donde las conversaciones te exijan más, donde no puedas dormitar con respuestas fáciles. Eso, amigo mío, es lo que cambia las reglas del juego.

Así que busca. Insiste. No te calles. Y cuando encuentres a esa gente que te inspira, no la sueltes. Porque ellos no solo te ayudarán a llegar donde quieres, sino que, sin darte cuenta, te convertirán en el tipo de persona que otros buscan para crecer.

Ahora sí, hasta aquí llegamos. Vete y busca a tus gigantes. Porque, créeme, están ahí, esperando a que tú también te conviertas en uno.

Y ya que estamos, te lanzo la invitación: si tú eres uno de esos gigantes —o alguien que también está buscando crecer y compartir ideas—, házmelo saber. Escríbeme, comenta, propón. Este espacio no es solo para leer, es para construir juntos.

Si tienes algo que aportar, o simplemente ganas de intercambiar ideas, no te cortes. Porque lo que he aprendido es que cuando dos cabezas inquietas se juntan, la chispa que puede salir de ahí vale más que cualquier manual o curso online.

Así que, ¿te animas? Si tú también crees en rodearte de los mejores, hagamos que este blog sea el punto de encuentro. Te espero.

domingo, 1 de diciembre de 2024

🚨 ¡El crash más grande de la historia sucederá en el 2025! 🚨

Todo apunta a que estamos al borde de un desastre económico sin precedentes. Lo han dicho los expertos más alarmistas, lo susurran los titulares y lo gritan los profetas modernos: 2025 será el año en el que los mercados mundiales colapsen.

Piensa en esto: las bolsas desplomándose en cuestión de días, miles de empresas quebrando, bancos cerrando sus puertas mientras la gente hace colas interminables para retirar lo poco que queda de sus ahorros. Familias perdiendo sus casas, jubilados viendo cómo sus fondos de retiro desaparecen.

¿Crees que exagero? Mira a tu alrededor: la deuda global está fuera de control, la inflación ya no es una amenaza, es una realidad, y las tensiones geopolíticas están alcanzando un punto crítico. Los analistas más atrevidos dicen que lo que viene hará que la crisis del 2008 parezca un simple tropezón.

Y déjame decirte algo: yo he estado dónde estás ahora.

Me pasé años haciendo lo mismo que tú probablemente estás haciendo ahora. Leía todo artículo apocalíptico que encontraba. Seguía a los gurús del desastre. Pasaba horas buscando señales de que el gran colapso estaba a punto de llegar, convencido de que, cuando todo explotara, yo estaría listo para aprovecharlo y hacerme rico.

¿Sabes cuál fue el resultado? Perdí el tiempo. Perdí oportunidades. Y lo peor, me quedé paralizado.

Porque mientras yo esperaba que llegara el caos, otros estaban ocupados construyendo. Compraban acciones, diversificaban su dinero, aprendían estrategias nuevas y, sobre todo, actuaban. Yo, en cambio, seguía atrapado en un ciclo de miedo y parálisis, pensando que me estaba "preparando", pero en realidad estaba dejando que la vida pasara frente a mis ojos.

Ahora quiero que entiendas esto: el crash puede llegar. O no. Pero da igual.

Porque si lo único que haces es esperar el colapso, ya has perdido. Las crisis, incluso las más grandes, no convierten a nadie en millonario por arte de magia. La riqueza no está en adivinar el futuro. Está en actuar hoy, en hacer lo que otros no se atreven a hacer cuando reina la incertidumbre.

Mientras otros pierden el tiempo leyendo teorías apocalípticas, tú podrías estar buscando oportunidades reales. Mientras otros se paralizan de miedo, tú podrías estar aprendiendo estrategias para protegerte y crecer, pase lo que pase.

Así que deja de esperar. Deja de buscar excusas para no actuar. El mercado no espera a nadie, y mucho menos a los que se sientan a llorar por las crisis.

Yo ya aprendí esta lección de la manera más dura. Ahora la pregunta es: ¿qué vas a hacer tú? ¿Seguir esperando el crash o empezar a construir tu oportunidad hoy mismo?


¡Hasta la próxima Newsletter!

Oscar Cavero