Si hay una persona a la que admiro por encima de todos, esa es Ferran Adrià. Mucha gente lo tiene idolatrado por su cocina; sin embargo, para mí es un referente por su filosofía de vida.
De todas las personas que he escuchado a lo largo de mi vida, Ferran Adrià es quien más me ha enseñado cada vez que le he escuchado. Su cabeza es una base de datos impresionante, es amigo de grandes inversores, emprendedores, futbolistas, profesores de universidad, etc. El networking de Ferran Adrià es seguramente de los más amplios a nivel mundial.
Me enganchó cuando dijo algo que me reventó la cabeza: -"Me di cuenta desde el primer día de que con El Bulli no me haría rico. Sin embargo, en El Bulli, gracias al 1% de los clientes que pasaron por allí, adquirí la sabiduría que me ha catapultado para hacer grandes cosas. Si hubiera trabajado en la SEAT, jamás hubiera podido hablar con los líderes de cada sector; sin embargo, algunas noches esos clientes me pedían que me sentara con ellos y me daban píldoras para poder escalar mi marca personal. Sin esos momentos no hubiera llegado a donde estoy."
Doy fe de ello. Muchos sabéis que dirigí el restaurante Mesón del Mar en Tarragona durante 2 años; allí conocí y pude hablar con algunas referencias como Carles Francino, Antonio Orozco, Ábalos y muchos empresarios de la zona. Algunos de ellos me dieron algún consejo, e inclusive me invitaron a eventos. Si recordáis lo de Fluidra, fue gracias a eso, ya que un cliente me invitó al palco del Camp Nou.
Ferran Adrià supo desde el primer momento focalizar los objetivos y no dejarlos escapar, elevó su marca personal a lo más alto y fue escogido varios años como mejor restaurante del mundo. Y ahora da clases en la universidad, ¿sabéis por qué? Por saber aprovechar el Networking.
Aprendí de él que no es necesario estudiar en la universidad para adquirir sabiduría; basta con no dejar nunca de leer y escuchar a aquellos que generosamente transmiten su conocimiento.
Probablemente no sabías que Ferran Adrià también invierte sus ahorros en bolsa y selecciona personalmente las empresas. Su cartera está diversificada en 80 compañías cotizadas. Sabe que algunas de ellas podrían ir a cero, pero confía en obtener un rendimiento promedio del 7-8% anual sin preocuparse demasiado.
Es decir, una persona con la sabiduría de Ferran Adrià ha llegado a la misma conclusión que Benjamin Graham: el largo plazo es la clave. Aunque podría invertir en propiedades, hoteles o fábricas, opta por no hacerlo porque le supondría un esfuerzo considerable para obtener una rentabilidad parecida. Prefiere dedicar esa energía a crear, aprender y compartir su conocimiento.
Te cuento que él también me ha inspirado a compartir mi conocimiento de forma gratuita, ya que he comprobado que cuando comparto lo que sé, ese valor regresa multiplicado en distintas formas.
Y como suelde decir "Esto no se enseña en las universidades —Ferran Adrià "
Hasta aquí mi pequeño homenaje a Ferran Adrià .
¡Hasta la próxima !
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