Hace unos meses lancé una Newsletter para compartir con mis seguidores las oportunidades de bolsa que iba detectando.
La experiencia fue, hablando claro, un desastre. No por los resultados (que fueron espectaculares), sino porque la mayoría de la gente no quiere hacer dinero de verdad, quiere cuentos y dopamina barata.
Desde el 23/10/24, todas las oportunidades que compartí acumulan un +36,7% a cierre del 25/04/2025.
Ejemplo: recomendé Vital Farms cuando nadie hablaba de ella, y subió más de un 50%. ¿Cuántos se atrevieron a entrar? Un 5%, y muchos salieron corriendo a la primera caída.
Además, confirmé lo que ya sabía: menos del 1% de los Youtubers de bolsa valen algo, y ninguno de ellos está entre los que llenan salas o venden cursos de 1.000 € mientras fingen vidas que no tienen.
Mi sistema está tan depurado que apenas queda margen para mejorarlo.
Busco acciones que cambian patrimonios, no likes ni aplausos de cuatro motivados.
En X tuve que poner candado a mi cuenta porque detecté que un influencer bastante conocido estaba fusilando mis movimientos y presentándolos como suyos.
¿Cómo lo pillé?
Porque soy tan obsesivo que he llegado a rastrear IPs, movimientos de cuentas y patrones de publicación como quien sigue la pista a un fugitivo. Si alguien piensa que me va a copiar y salir impune, que se prepare.
Tras años de prueba y error, el backtesting de mi sistema supera el +30% anual, tirando por lo bajo.
Para entenderlo fácil:
-
10.000 € → más de 137.000 € en 10 años.
-
50.000 € → más de 685.000 € en el mismo periodo.
Y todo esto sin prometer rentabilidades irreales ni vender humo empaquetado en cursillos de fin de semana.
Ahora viene la gran pregunta:
¿Vas a vender tu estrategia? ¿A qué precio?
Respuesta clara:
NO la voy a vender, ni por 10.000 €, ni por 100.000 €. No necesito hacerlo.
¿Por qué?
Porque mi estrategia es mi ventaja competitiva, y no voy a regalar lo que me da libertad a cambio de aplausos, dinero fácil o reconocimiento que no me interesa.
Yo ya estoy jugando mi propio juego.
Y un último aviso:
El que quiera resultados de verdad, que trabaje. El que quiera cuentos, que siga pagando másteres de humo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario