Don Mercado era un hombre astuto y ambicioso, con un ojo en el negocio y otro en sus competidores. Él tenía un don innato para el comercio y no había nadie que pudiera igualarlo. Pero, cuando alguien intentaba superarlo, Don Mercado no se quedaba atrás. Con su astucia y su inteligencia, él siempre lograba poner a sus competidores en su lugar y mantener su posición como el rey del mercado.
Un día, un joven y ambicioso comerciante llamado Óscar llegó a la ciudad con el objetivo de desafiar a Don Mercado. Óscar estaba seguro de que podía superarlo y se esforzó al máximo para lograrlo. Pero Don Mercado no iba a dejar que alguien lo superara tan fácilmente. Con sus trucos y su astucia, él logró desacreditar a Óscar y hacer que su negocio fracasara.
Óscar no se rindió y trabajó duro para recuperarse. Pero, cada vez que intentaba superar aDon Mercado, él encontraba un obstáculo insuperable. Finalmente, Óscar comprendió que Don Mercado siempre estaría un paso adelante de él y que nunca lo superaría.
A pesar de su fracaso, Óscar aprendió una valiosa lección: siempre hay alguien más astuto y más inteligente. Y en el mundo del comercio, siempre hay alguien dispuesto a poner a sus competidores en su lugar.
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